El pasado día 3 de enero estrenamos año con la rueda de prensa del nuevo Director General de Tráfico, Gregorio Serrano, que realizó una presentación – que supongo que no fue muy agradable-, ya que tuvo que facilitar datos de accidentes y fallecidos nada positivos; siempre con el mayor respeto hacia las víctimas, entendiendo por positivo la reducción de accidentes, fallecidos y heridos.
El pasado 2016 no será el gran año para la seguridad vial, el incremento de un 2,6% de los fallecidos en nuestras carreteras debe servir de señal de alarma sobre actuaciones concretas. Los muertos este año han sido 1.160 personas, en 1038 accidentes mortales.
Del total de fallecidos, un 18,44% son usuarios de motocicleta, que dentro de la desgracia tiene el aspecto positivo de ser menos los fallecidos que el año 2015, que fueron 224 frente a los 214 de este año pasado.
También considero positivo, dentro de lo que analizamos, el descenso de fallecidos en el grupo de usuarios en el conjunto de las dos ruedas (Bicicletas, ciclomotores y motos), pero tendremos que esperar a la publicación de todos los datos definitivos para profundizar el análisis.
El descenso de fallecidos entre el sector de los motoristas, me otorga un pequeño destello de esperanza sobre lo que parece un incremento del uso del casco, que es un elemento básico de la seguridad del motorista. Los esfuerzos en formación específica, que se están realizando por parte del sector, espero que se vean recompensados con un continuo descenso de accidentes y fallecidos dentro del sector.
La formación en seguridad considero que debe ser un elemento a perseverar, y a realizar por categorías de vehículos, ya que no se puede formar con el mismo criterio al conductor de un turismo que al de una moto, que como todo vehículo de dos ruedas tiene características diferentes y evidentes.
No olvidemos, y es responsabilidad de todos, que la formación de los usuarios de la movilidad es vital para incrementar la seguridad vial de los conductores de los diferentes medios de transporte.
Considero que es el momento de plantear una revisión profunda de la formación en seguridad vial, realizando la prevención en las edades jóvenes, y continuando por el resto de edades y sectores, como el laboral, y en general, trasladar a la sociedad su responsabilidad sobre los riesgos viales.
Esta formación continuada la considero necesaria, dado que los fallecidos entre 45 y 54 años son el grupo más elevado y me plantea la pregunta de si estamos ante problemas de actitud relajada que se debe compensar con una formación actualizada en los riesgos viales.
Vistos los datos de este balance adelantado, queda claro que ahora es el momento de plantear una estrategia de seguridad vial para los próximos años, creo que los avances han sido buenos y se debe mejorar lo conseguido con presupuesto y acciones concretas.
De todos modos, son esperanzadoras las palabras del reciente nombrado Director General de Tráfico, que entre otras cosas dijo:
“Hay que revisar y adaptar, la estrategia de seguridad vial y crear un plan de choque que permita volver a la tendencia de disminución que venimos observando”.
Después de tanto pensar y analizar, solo deseo que se pase a la acción, con responsabilidad compartida y con mucha prevención.
