Hace unos días se publicó por parte de la Dirección General de Tráfico (DGT), el anuario de accidentes del año 2015, anuario complejo de elaborar y que reúne las cifras de accidentes tanto en vías urbanas como interurbanas. Por Alfonso Perona.
Cuando aparecen las estadísticas oficiales, lo primero que se suele realizar es comparar con el año anterior y empezar a comprobar si los accidentes con víctimas o los fallecidos disminuyen o desgraciadamente aumentan.
La visión del año 2014 con 2015 es muy similar: 1.688 fallecidos en 2014 y 1.689 en 2015 y los accidentes también se han incrementado en 6.186; el año 2015 se ha cerrado con 97.756 accidentes con víctimas en España.
Pero cuando te vas adentrando en las más de 180 páginas del informe, puedes observar aspectos estadísticos de accidentes por provincias, por edad de conductores, accidentes en zonas urbanas y un largo etcétera de datos, solo hacia el final empiezan a destacar algunas posibles causas de los accidentes y creo que sería un aspecto de mejora para el futuro, más posibles causas por tipo de vehículo.
Desde mi punto de vista, destaco el descenso de accidentes que se producen en vías interurbanas y negativamente un ligero incremento de accidentes en las zonas urbanas, con una clara incidencia en los atropellos a peatones, de los 367 fallecidos peatones 247 se producen en el entorno urbano, demasiados muertos.
Otro de los datos que destaco, son los pasajeros y conductores fallecidos en motocicleta[1]: en este año 2015 han sido 329 que representan el 19,47% del total. Creo que estos datos nos deben llevar a una reflexión e intentar profundizar todavía más en las causas o posibles causas y no quedarnos con la fría estadística. Los fallecidos como mínimo se merecen una reflexión individual y colectiva del porqué de los accidentes.
Un dato a destacar es la elevada antigüedad de nuestro parque de motos y la incidencia en los accidentes, ya que un 61,24% de las motos accidentadas tiene más de 7 años de antigüedad.
Segunda reflexión que me aportan las estadísticas y que es fácil de intuir, es que se debe diferenciar las características de la conducción de motos en vía urbana de la carretera y de las propias características técnicas y constructivas de la mayoría de motos que circulan por nuestras ciudades, que son diferentes a las que circulan por carretera y no entro en los motivos de desplazamiento y actitud del conductor en su uso.
Hay un dato que me llama la atención y es la edad de los conductores fallecidos en accidentes en zona urbana: de los 74 fallecidos, 20 se encontraban entre 45 y 54 años y 24 entre 30 y 39 años.
¿Qué sucede? Siempre culpando a los más jóvenes y nos encontramos que entre los conductores fallecidos de 18 a 29 años se encuentran 8, que deberían ser 0 en todas las edades, pero esta es la cruda realidad.
No puedo seguir con la reflexión ya que falta información más detalladas de estos accidentes en las vías urbanas. Me consta que se producen accidentes por causa de alcance o choque con otro vehículo a motor.
Pero no quiero terminar, dando la sensación de que la culpa es del “otro”, como se suele decir, mi última pregunta es; ¿cómo está de actualizada nuestra formación?, si nos debemos preguntar como manejamos la moto, vamos equipados para ir en moto y estamos preparados para realizar una conducción segura.
Para finalizar recordemos la frase de la Unión Europea sobre la seguridad vial y la mejora de los accidentes, se trata de “una responsabilidad compartida”, por lo tanto que nadie olvide su parte en la mejora.
[1] Según la ley de seguridad vial, en su anexo indica: motocicleta todo vehículo de 2 ruedas y más de 50cc.
