Durante estas fiestas, hemos podido comprobar cómo las grandes ciudades de nuestro país ponían en marcha planes de reorganización de sus principales calles con el objetivo de facilitar el paso a los peatones que realizaban sus compras navideñas. El caso más llamativo ha sido el de Madrid, que ha adaptado su emblemática Gran Vía a esta situación desde el 1 de diciembre y hasta el pasado 7 de enero. En ese sentido, el ayuntamiento de la capital instaló unas pesadas vallas de hormigón en la carretera para ampliar la calzada al paso de los peatones, limitó la calle a un carril por sentido y, durante determinados días, estableció restricciones al tráfico.
Así, el transporte privado en la ciudad se ha visto restringido de circular por esta calle durante 28 de los 38 días en los que ha estado activada la medida. Pero no todo el transporte privado, la moto ha sido una de esas excepciones evidenciando así, una vez más, que se trata de un vehículo que contribuye en gran medida a la movilidad sostenible.
Y es que, si bien la moto emite menos CO2 a la atmósfera -72 gramos por pasajero frente a los 104 de otros vehículos- también ayuda a evitar las congestiones de tráfico, un problema que aparece recurrentemente en las grandes ciudades especialmente durante la época navideña. En el marco de la movilidad sostenible, es cierto que las medidas propuestas por los distintos ayuntamientos de las grandes ciudades españolas pasan por promover una reducción de la contaminación y hacer uso de medios de transporte sostenibles.
En ese sentido, y retomando el ejemplo de la Gran Vía de Madrid, el consistorio hace meses que puso sobre la mesa el proyecto de la reforma de esta calle que tiene como novedad la restricción del tráfico privado. Así, inicialmente, la vía contará con aceras más anchas para favorecer la circulación de los peatones dos carriles por sentido -uno para el tráfico privado de residentes y otro para el transporte público- y árboles en las zonas peatonales. De hecho, y hasta el inicio de estas obras, la calle madrileña continuará teniendo dos carriles por sentido y las calzadas ampliadas, de igual manera que durante las fiestas.
La movilidad urbana y la moto
Desde ANESDOR, defendemos los vehículos de dos ruedas como palanca de la movilidad sostenible especialmente en núcleos urbanos. Entre las diferentes características de la moto se encuentra su capacidad para acortar el tiempo en los trayectos entre un 50 y un 70%, se filtra entre el tráfico, es un vehículo de alta ocupación y fácil de aparcar. Asimismo, la motocicleta contribuye a la reducción de los atascos en las grandes ciudades: si sustituyésemos un 10% del parque de otros vehículos por motos, disminuirían las congestiones de tráfico en un 40%.
Por otra parte, se trata de un vehículo de bajas emisiones. En nuestro país, los vehículos de dos ruedas representan el 16% del total y solo contribuyen con el 1.9% del dióxido de carbono, frente al 65% de otros vehículos. Así, la moto representa el 9% de los recorridos en Madrid y contribuye solo al 0,2% de las emisiones de NO2 y al 1% de NOx. En el caso de Barcelona, el 24% de los vehículos que circulan son motos, y contribuyen solo al 1% de las emisiones de CO2 y al 3% de NOx.
Y, además, la moto ocupa menos espacio que otros vehículos, en concreto 3 veces menos en circulación y 5 veces menos aparcada.
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