27 Ene

La moto y la movilidad urbana

En los últimos años, la movilidad urbana se ha convertido en el centro de los discursos de las autoridades municipales y cada vez se realizan más planes de movilidad. El 72% de la población de Europa vive en zonas urbanas y en las ciudades se genera aproximadamente el 85% del PIB de la UE. Las previsiones de Naciones Unidas indican que para el año 2030, el 61% de la población mundial vivirá en zonas urbanas.

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ALFONSO PERONA GÓMEZ, Abogado y experto en Movilidad.

La movilidad urbana preocupa cada vez más a los ciudadanos y también a la administración. En este sentido, nueve de cada diez europeos consideran que la situación del tráfico en la zona donde viven debería mejorar. Los criterios de éxito de la nueva movilidad urbana pasan por una mejora de la accesibilidad en la ciudad; conseguir una actitud más favorable de los ciudadanos hacia el transporte público, cuando este es de más calidad; así como mantener un nivel de movilidad individual que permita realizar desplazamientos cómodos, rápidos y seguros en modos de transporte individuales.

En este punto, es donde la motocicleta como medio alternativo a la movilidad en el entorno urbano debe potenciarse, ya que reúnen requisitos que favorecen las políticas de movilidad urbana y las necesidades de los usuarios de las ciudades.

Dentro de este perfil destaca la moto de 125cc, que ha visto incrementado su demanda, ya que satisface las necesidades del usuario que desea moverse por un entorno urbano, con rapidez, comodidad y poco consumo. Estos modelos son el 60% del parque total de motocicletas.

La práctica y experiencia nos muestra que la movilidad en estos vehículos es una parte importante de la solución a los problemas derivados de la movilidad. Todo ello pese a que últimamente se señala a estas motocicletas y a sus conductores de la culpabilidad de los accidentes que sufren en el entorno urbano; alegando falta de formación, ya que la mayoría de conductores son titulares de un permiso B más tres años de experiencia.

Hace doce años, cuando se autorizó la conducción de estas motos con el carnet tipo B y tres años de experiencia, los estudios y análisis realizados demostraban que muchos de los accidentes con ciclomotores y motos de menor cilindrada eran debido a la falta de experiencia en la circulación urbana.

Por lo tanto, ya que este objetivo se ha conseguido no vamos a ir doce años hacia atrás, cuando el problema no es la formación de los conductores de moto, sino la actitud global de otros usuarios de la vía. Debemos realizar un análisis más profundo y transversal de las causas de accidente en los que interviene mayoritariamente una moto y un coche. Un primer análisis de los accidentes nos demuestra que la culpabilidad en la mayoría de accidentes no está en el lado de las motos.